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Enseñar es un proceso complejo y hay dos momentos importantes durante la enseñanza: el comienzo y el final de la clase. Esto puede influir en la participación de los estudiantes en su aprendizaje así como en su capacidad para sintetizar los conceptos importantes.

La investigación sugiere que cuando los profesores hacen conexiones explícitas entre ideas y entre sesiones de clase, aunque sean brevemente, la comprensión contextual y la transferencia de contextos de los estudiantes aumentan exponencialmente. Por lo tanto, es importante que el profesor aproveche esos momentos de apertura y cierre de la clase para crear esas conexiones.

En este contenido, te presentaremos EL hábito fantástico, donde explicamos claramente de qué manera puedes iniciar una clase. Si te interesa seguir aprendiendo, continúa leyendo.

Los primeros cinco minutos de clase

Los primeros cinco minutos de clase son cruciales para motivar y comprometer a los estudiantes con tu clase. Por ello, es importantísimo que inviertas lo mejor de ti en esos primeros cinco minutos. A continuación, te explicamos dos modelos para iniciar la clase con éxito:

La tecla invisible

La primera técnica es la tecla invisible. Es importante llamar la atención de los alumnos desde el primer momento de la clase. Para ello, invierte ese pequeño espacio de tiempo en hacer preguntas proactivas sobre los conceptos que vas a trabajar. Pero ¡atención! esas preguntas van a ser rompedoras. Debes captar el cien por cien de su atención con preguntas que no se esperen y que los descoloquen.

Por ejemplo, imagina que eres un alumno que como un día cualquiera entras a clase, te sientas en tu silla y empiezas a sacar el libro y la libreta de la mochila. Tu mejor amigo que se sienta a tu lado, empieza a contarte lo que ha hecho durante el fin de semana y cómo estás cansado, aburrido, y no tienes otra cosa mejor que hacer. ¿Qué decides hacer?

En este ejemplo, el profesor ha llamado la atención de los alumnos con una pregunta de vida o muerte. Normalmente, una clase no empieza por una pregunta de vida o muerte. Después, ha descrito una situación que se encuentra en tu zona de confort, estás tranquilamente en el sofá, y ha añadido algo que raramente pudiera ocurrir pero que nunca te habías preguntado: se acerca un tsunami hacia tu casa. Por último, te está dando diferentes opciones, algunas te parecen totalmente descabelladas y otras podrían ser correctas.

Este tipo de interacción permite que los alumnos den en la tecla con la respuesta correcta y lo hace de manera que puedan justificar la respuesta. Con una sola pregunta se puede marcar el inicio de tu clase. Este ejemplo nos serviría para introducir los contenidos del móvil de la tierra, las placas tectónicas, los accidentes geográficos, o, por qué no, la solidaridad y los valores de las personas. Siempre puedes volver a las mismas preguntas iniciales durante la clase y así proporcionar sentido y coherencia a los contenidos que estáis trabajando.

La técnica del extraterrestre

La otra manera de comenzar la clase es la técnica del extraterrestre. En este caso, los alumnos van a ser los protagonistas de esos primeros cinco minutos de clase. Todo lo que vas a tener que hacer es presentarte como un extraterrestre o como un extranjero que acaba de llegar de un planeta o un país muy lejano. El protagonista lo decidirá en función de la edad e intereses de tus alumnos.

El objetivo es crear un espacio interactivo donde los alumnos deberán explicarte a la perfección algo que desconoces. Por ejemplo, imagina que te encuentras en una clase con alumnos de 8 a 9 años y te presentas como Roy, un extraterrestre que acaba de llegar a la Tierra y que desconoce muchos de los artilugios y herramientas que utilizan los terrícolas.

Resulta que en la sala de profesores, un compañero te ha pedido una escoba para recoger unos papeles que se han caído al suelo. Al ser un extraterrestre, no tienes ni idea de lo que es una escoba, pero por miedo a ser descubierto, has decidido irte sin preguntar. Ahora que te encuentras en clase con niños y niñas, te ves más confiado para hacer la pregunta.

Pídele a un alumno que te describa cómo es una escoba y que te explique para qué se utiliza. Dibuja en la pizarra todos los elementos que te describan y enseguida se dará cuenta de que la información que te da es insuficiente y que, en algunos casos, es errónea. Cambia el turno de palabra para que continúe la descripción otro compañero mientras añades toques de humor y risas a la dinámica.

Esta actividad, por muy simple que parezca, te puede llevar más de 10 minutos. Pero según los contenidos que quieras trabajar, no nos debemos preocupar por excedernos demasiado. Si es el caso de trabajar la definición, estaremos enviando el mensaje de que, por mucho que conozcamos las cosas que nos rodean, a veces es más complejo de lo que parece describirlas a la perfección.

Si lo que quieres es introducir algún contenido abstracto como la felicidad, las conexiones neuronales o la función de la sangre en el cuerpo, esto te ayudará a poner nombre a los conceptos principales.

Ya te hemos presentado dos modelos para iniciar una clase con éxito. Recuerda darle un buen like a este contenido y así sabré qué quieres que haga más contenidos como este. Me despido por hoy y nos vemos en el próximo contenido.

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