En el aula, muchas veces los alumnos están muy agitados y no prestan atención. En lugar de recurrir a métodos tradicionales para controlar el comportamiento de los estudiantes, como castigos, existen técnicas sencillas para tranquilizar el aula en tan sólo tres minutos. Una de estas técnicas es el método de atención plena, también conocido como mindfulness.
¿Por qué usar mindfulness en el aula?
El mindfulness ha demostrado ser eficaz para aumentar la capacidad de concentración y mejorar el rendimiento académico, además de desarrollar la inteligencia emocional y controlar el estrés y la ansiedad. Como técnica de meditación, el mindfulness consiste en tomar consciencia del momento presente y liberar la mente de pensamientos nocivos.
¿Cómo incorporar mindfulness en el aula?
Crear hábitos de mindfulness con los niños resulta muy beneficioso, ya que les permite gestionar las emociones y mejorar la atención, la creatividad y la calma. A continuación, se presentan 5 ejercicios para poner en práctica en el aula.
Ejercicio 1: Respiración de abeja
Este ejercicio es simple pero efectivo. Se trata de taparse las orejas con las palmas de las manos, cerrar los ojos, inhalar profundamente y, al exhalar, pronunciar la letra «m» imitando el sonido de una abeja. Repetir unas 4 o 5 veces.
Ejercicio 2: Atendiendo a la campana
Se necesita una campana que al accionarla prolongue el sonido de la vibración durante unos segundos. Con el aula en completo silencio y los ojos cerrados, hacer sonar la campana y esperar a que deje de emitir sonido. El niño debe estar atento hasta que se termine la vibración y levantar la mano indicando el final.
Ejercicio 3: Convirtiéndose en una rana
Este ejercicio consiste en estar sentado tranquilamente y respirar tranquilamente como una rana. Dejar de lado los pensamientos y enfocarse en la respiración. Posteriormente, observar todo lo que ocurre alrededor mientras se mantiene inmóvil.
Ejercicio 4: Comiendo un chocolate
El niño debe intentar describir el sabor y la sensación como si se lo estuviera contando a alguien que nunca ha visto ni probado un chocolate en su vida. Repartir una onza de chocolate a cada alumno, dejar que se derrita en la boca sin masticar y jugar con las sensaciones en la lengua.
Ejercicio 5: Sumergiendo la mano en agua fría
Sumergir la mano lentamente en agua fría y percibir la sensación del contraste caliente de la mano con el frío del agua. Cuando la mano se ha aclimatado al frío del agua, sacarla del barreño y sentir la sensación que produce.
Consejos para una buena práctica de mindfulness en el aula
- Elegir momentos fijos para conseguir resultados.
- Crear rutinas diarias de entre 3 y 5 minutos para niños pequeños.
- Recomendar sesiones de entre 5 y 15 minutos para niños mayores.
- Comenzar en un lugar tranquilo sin interrupciones.
- Participar en los ejercicios y compartir la experiencia para generar motivación y complicidad con los alumnos.
- Valorar el esfuerzo de los niños y decirles que lo están haciendo bien.
Usar técnicas de mindfulness en el aula puede ser muy beneficioso para los estudiantes, ayudándoles a controlar sus emociones, mejorar su atención y su capacidad de concentración, y aumentar su bienestar emocional.