Bienvenidos a EL hábito fantástico, la docencia es una vocación, pertenece y trabaja en ella ya que estarás en contacto con el futuro, el futuro de nuestro pueblo, región, país y planeta en general.
Cuando estamos en contacto con un niño, no sabemos qué profesión tendrá en el futuro, por lo tanto es importante que como docentes nos preguntemos: ¿Soy el docente que me gustaría tener? Y cuando somos alumnos ¿Soy el alumno que me gustaría tener? Reflexionemos sobre qué podemos cambiar, en qué situaciones, cómo y cuándo hacerlo.
Si muchos niños no entienden lo que les explicamos, el problema podría ser nuestra manera de comunicarnos con ellos. Reflexionemos sobre si nuestro discurso es escuchable, si somos una autoridad inquisitiva o un líder inspirador para ellos, si respondemos con propuestas adecuadas a las necesidades de nuestros alumnos.
En este artículo, encontrarás la reflexión, motivación e inspiración suficientes para plantear un giro en tu actividad docente. No hay una solución mágica, pero sí respuestas y soluciones para las preguntas que tenemos.
Te invito a reflexionar sobre lo que te ha inspirado este artículo, lo que te hizo reflexionar sobre tu actividad docente y de tu actividad como alumno. Me encantaría saber en los comentarios aquellos temas donde sientes que necesitas un empujón, un nuevo enfoque o un nuevo punto de vista. Si te ha gustado este artículo, compártelo con tus amigos y colegas y suscríbete al contenido de EL hábito fantástico para seguir aprendiendo mucho más.