¡Hola! Bienvenidos a El Hábito Fantástico. En la sociedad actual, muchas familias deciden educar a sus hijos de una manera más amorosa a la que fueron educados ellos mismos. Sin embargo, a menudo se encuentran con un modelo desconocido ya que el que conocen es el modelo en el que fueron ellos mismos educados. Hace años, no había mucha información disponible sobre la crianza respetuosa y amorosa.
En la actualidad, estamos en la era de la información y los padres tienen acceso a muchísima información sobre cómo relacionarse con sus bebés, cómo criarlos y cómo ayudarles en su desarrollo. Pero es importante que reflexionen sobre cómo relacionarse con el niño mientras crece.
Antes de continuar, te recomendamos que veas el video anterior de «Conócete a ti mismo» para reflexionar sobre ti mismo, ya que el conocimiento propio es clave para educar de forma amorosa y respetuosa a nuestros hijos.
Libertad Infantil y Límites
En el periodo de desarrollo infantil, tanto la familia como la escuela hablan de la libertad infantil y muchos la ponen en práctica. Pero la libertad no es suficiente, ya que el niño también necesita límites. Estos límites no deben ser impuestos, sino pactados con el niño. Al principio, en los primeros años, es posible que el padre o madre tenga que marcar esos límites ya que todavía no hay una comunicación clara entre ellos.
A partir de los tres años, el niño ya tiene la capacidad de comunicarse y de entender. Es entonces cuando se pueden establecer conversaciones y determinar los límites de su libertad de forma conjunta. Estos límites ayudan al niño a desarrollarse de forma más libre y democrática.
Dejar solo la libertad a los niños puede convertirlos en pequeños tiranos. Tiranizan a sus profesores en la escuela, a los padres en casa, a los abuelos, a sus amigos, etc. Por eso, es importante establecer límites que les permitan desarrollarse libre y democráticamente.
Cuando cometemos errores en la crianza, en lugar de culparnos a nosotros mismos, podemos considerar que es un desvío de carretera. No hay necesidad de sentir culpa o frustración, simplemente hay que reflexionar y revisar la forma en que nos comunicamos con nuestro hijo para poder retomar el rumbo y alcanzar nuestro objetivo de educar a nuestros hijos de una manera más respetuosa, amorosa y libre.
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