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Para los educadores, crear un vínculo educativo con los estudiantes es crucial para fomentar un ambiente positivo en el aula y promover la enseñanza activa. Sin embargo, la heterogeneidad de los estudiantes a veces hace que esta relación sea complicada. En este articulo, mostraremos una serie de estrategias que te ayudarán a solucionar este problema y verás que crear un vínculo con tus alumnos es mucho más sencillo.

Conociendo a tus alumnos

Si aún no has tenido la oportunidad de conocer a tus alumnos, asegúrate de que la primera impresión que se lleven de ti sea lo más positiva posible. Es importante que seas una persona cálida y acogedora. Si eres tímido e introvertido, no te preocupes, no te estamos pidiendo que cambies tu personalidad, solo que durante la primera toma de contacto hagas un esfuerzo adicional para mostrarte más sociable y accesible.

Si ya conoces a tus alumnos, lo primero que tendrás que hacer es incrementar positivamente la imagen que tienen de ti. Los pequeños detalles marcan la diferencia. Es importantísimo que te aprendas cada uno de los nombres de los estudiantes cuanto antes, y que los pronuncies correctamente. Asegúrate de que se sientan cómodos contigo, y dales la oportunidad de conocerte mejor. Puedes contarles alguna anécdota que te haya ocurrido durante el día o en días anteriores, pero no les expliques tus intimidades. Del mismo modo, aprovecha para remarcar las situaciones que te gustan y las que no para trabajar encubiertamente algunas de las normas de clase.

Escuchando a tus alumnos

Una vez que has abierto la puerta a tus alumnos, es momento de escucharlos. Es importante que preguntes sobre sus estados de ánimo a lo largo del curso y que habléis de los problemas que van surgiendo. Ofreceles pequeños espacios de tiempo durante las clases para solucionarlos. Cuando estés explicando nuevos contenidos, deja que ellos mismos te cuenten sus anécdotas, ya que esto les ayudará a conectar los nuevos conocimientos con su propio entorno.

Proyecto sobre algún tema no académico

Es recomendable que tus alumnos se conozcan mejor. Puedes elaborar un proyecto sobre algún tema no académico que les resulte interesante, y organizar diferentes grupos de trabajo en función de sus intereses. Por ejemplo, el deporte, la música, los videojuegos, el arte, etc. Cada grupo diseñará un trabajo explicando por qué les gusta ese tema y por qué motivo recomendaría al resto de la clase participar en él. De esta manera, los alumnos podrán expresar sus intereses y los demás pueden compartirlos.

Espacio acogedor y personalizado

Por último, pero no menos importante, debes compartir el espacio del aula de manera acogedora y personalizada. Conseguirás que tus alumnos vean que te esfuerzas por crear un espacio único y al mismo tiempo hacer que se sientan como en casa. Para lograrlo, puedes dividir la clase en varios espacios, en función de su uso. Por ejemplo, un espacio para explicar los contenidos, otro espacio como biblioteca, un espacio donde los estudiantes puedan almacenar sus trabajos, y un área recreativa y de ocio. Cada espacio irá decorado en función de su uso, y es preferible que la decoración la hagan los propios alumnos. También es bueno decorar las paredes con los trabajos realizados por los estudiantes para ayudarles a recordar los contenidos y hacer mención a los conocimientos previos.

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